El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio inicio esta semana nuevos operativos en Boston y Chicago, dos ciudades lideradas por los demócratas y que tienen en pie políticas para proteger a las comunidades migrantes.
El aumento en la presencia de agentes federales en ambas ciudades llega a la vez que el mandatario ha amenazado con desplegar también a la Guardia Nacional y a efectivos militares. Los gobiernos locales han rechazado fuertemente una acción de este tipo, que ha sido calificada por expertos legales como «ilegal».
En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que el operativo estará centrado en detener a «extranjeros criminales ilegales» que han «acudido en masa» a Chicago porque saben que el «gobernador y sus políticas de santuario l