A las 3:30 de la mañana mientras la mayoría duerme, el campo despierta. Doña Elizabeth Clavijo ya tiene encendida la leña en la finca Villa Hortensia de la vereda El Avión, de Villamaría (Caldas). En el fogón de tapia se calienta una olla grande de agua para preparar café.

Mientras tanto, su esposo, Luis Gonzaga Gutiérrez, empaca en costales los productos que cultivaron esa semana: yuca, plátano, huevos, panela. También, blanqueado, fiambres, gelatina de pata, miel, cidra, ahuyama, limones, tamales y quesos recién prensados que aún conservan el olor fresco de la leche del ordeño.

Don Luis Gonzaga termina de cargar el costal con los plátanos que cosechó el día anterior. “Nosotros no tenemos tiempo para esperar a que el sol nos despierte”, dice.

Desde hace 12 años,

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