Por Ariel Basile
Pasado el tiempo de los festejos del domingo a la noche en La Plata, el peronismo ya posa la mira en octubre. Tras la victoria en los comicios desdoblados que fortalecieron el liderazgo de Axel Kicillof, el justicialismo se enfrenta ahora a un doble desafío. Por un lado, garantizar una desescalada en la interna que permita encarar la campaña nacional en paz; al menos una paz momentánea. Por otro, atizar a los intendentes para que sostengan el esfuerzo, ya que su batalla territorial finalizó con la renovación de los concejos deliberantes.
Los cálculos prematuros que hacen en cuarteles peronistas apuntan a repetir la victoria en octubre, aunque quizás por un margen menor. ¿Sorprendió la victoria por 14 puntos de diferencia? No, nosotros teníamos esa proyección, expresaro