Tras el duro revés en las urnas bonaerenses, el presidente Javier Milei recibió un nuevo sacudón político. Fue el propio Gobierno quien eligió nacionalizar una elección que el gobernador Axel Kicillof había separado de la legislativa nacional de octubre, motivado por su puja interna con la expresidenta Cristina Fernández. La apuesta libertaria, audaz y arriesgada, terminó volviéndose en su contra.

En política, como en el ajedrez, los errores quedan expuestos después de la jugada. Y con el diario del lunes, todo parece más claro. Cuando Milei y su influyente hermana Karina decidieron “nacionalizar” la elección en la provincia de Buenos Aires,

La Libertad Avanza venía con viento a favor: acababan triunfar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), donde habían vencido sin paliativos al

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