El musicólogo español David Catalunya, investigador del Instituto Complutense de Ciencias Musicales, consiguió hacer este martes lo que nadie había logrado antes que él: hacer sonar en Jerusalén el órgano más antiguo de la cristiandad tras más de 800 años en silencio.
“Para mí es una emoción indescriptible. Es como abrir la tumba de un faraón y ver por primera vez algo que ha estado enterrado, silenciado en nuestro caso, durante tantos siglos y, de repente, que estos sonidos originales vuelvan a emerger y cobrar vida”, dice a EFE Catalunya en una entrevista en la Ciudad Vieja de Jerusalén.