El Gobierno y los sindicatos al servicio del sanchismo, UGT y CC OO, muestran una soberbia que siempre me sorprende. Nunca reconocen ningún error, sino que todo es culpa de los demás. Se arrogan la representación de los españoles, como si el resto fueran partidos u organizaciones marginales. No hay diálogo social sin tener en cuenta a la CEOE, que representa a la gran mayoría de empresarios. Es cierto que resulta difícil alcanzar acuerdos con el que cabe recordar que es comunista. Por tanto, no se puede esperar ningún atisbo de moderación en una de las ideologías más deleznables y peligrosas de la Historia. No hay ningún país del mundo que haya sido o esté gobernado por el comunismo en el que haya existido progreso y se hayan respetado los derechos humanos y las libertades públicas. Al igu
Otra importante derrota del Gobierno

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