Han repetido los observadores de las canonizaciones del domingo que los dos nuevos santos fueron jóvenes muy «normales», enfatizando su condición de muchachos dedicados a los estudios, el deporte o los amigos. Conozco menos a Pier Giorgio Frassati, pero de Carlo Acutis he conversado una hora larga con su madre, Antonia Salzano, y puedo decir, sin temor a ofenderla, que su hijo era todo menos «normal». Carlo dijo su primera palabra con tres meses y hablaba a los cinco meses. Desde muy niño insistía en visitar las iglesias que se encontraba al paso y manifestaba una devoción imposible de explicar desde su familia, muy escueta en el cumplimiento católico y encabezada por un abuelo editor, inmerso en el debate cultural ajeno a la fe. Tanto preguntaba el crío sobre el más allá, que Antonia acab
El excepcional Carlo Acutis

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