
Los intentos de negociar con Junts no han dado sus frutos. La recta final de un largo tira y afloja ha terminado por descarrilar una reducción de la jornada laboral. Este lunes el partido de Carles Puigdemont confirmaba a la ministra de Trabajo que finalmente daría sus votos a PP y Vox para tumbar una de las medidas estrella de Yolanda Díaz, en línea con los postulados de la patronal. Un bloqueo que ha enojado a los sindicatos y derivado en una última bala para hacer presión. Los líderes de CCOO y UGT han convocado un encierro en la parroquia de San Carlos Borromeo, en el barrio obrero de Entrevías (Madrid), para reforzar el pulso horas antes de que el proyecto se debata en la Cámara Baja.
La votación para reducir el horario de trabajo semanal a 37 horas y media (actualmente son 40 por norma general) se celebra este miércoles en el Congreso de los Diputados y el Gobierno dependía de los votos de los independentistas para hacerla prosperar, después de que PP y Vox presentaran varias enmiendas a la totalidad. Pero Junts anunció en la recta final que tumbaría la reforma a la que aspiraba Trabajo.
“Junts se equivoca, porque arremete también contra sus propios votantes: muchos piden y necesitan que se reduzcan las horas de trabajo para poder hacer su vida”, ha explicado esta noche la secretaria general de CCOO en Madrid, Paloma López Bermejos, a las puertas de la iglesia en Vallecas horas después de anunciarse el encierro. Es una de las representantes sindicales que, junto a Susana Huerta, participa en la protesta.
La encabezan los líderes nacionales de ambas organizaciones, Unai Sordo y Pepe Álvarez, que esa misma tarde se habían reunido en ese mismo lugar con asociaciones vecinales o civiles para hablar, precisamente, de esta reducción horaria. Ante la negativa de Junts y la asunción del naufragio por parte del Gobierno, optaron por comprar unos bocadillos y pasar la noche encerrados en la parroquia de Entrevías, que según López Bermejos escogieron por su “larga tradición obrera” en un “punto clave” de Madrid.
El miércoles a primera hora, una comitiva con miembros de los dos sindicatos viajará a Barcelona para manifestarse contra el bloqueo a la reforma desde la ciudad condal. Hay convocadas protestas en distintos puntos del mapa, pero una de las centrales será a las 16.00 horas desde Madrid: la que habrá frente al Congreso de los Diputados durante la votación de la discordia.
La presión para reducir la jornada no terminará aquí: esto solo acaba de empezar
Paloma López Bermejos — secretaria general de CCOO en Madrid, desde el lugar de la protesta
“Allí estaremos los primeros, porque los intentos para reducir jornada no acabarán aquí: esto acaba de empezar”, sentencia desafiante la responsable de CCOO obreras en Madrid, que pasará la noche junto a otros compañeros haciendo “vigilia” desde la parroquia, como ellos mismos lo han definido. El Gobierno central, a través de Trabajo, ha mantenido contactos con Junts hasta la pasada noche para intentar que retire su veto, pero ya parece demasiado tarde.
En adelante, la idea de los sindicatos es apurar al Ejecutivo para que formule un texto similar en el Congreso, aunque instan a la CEOE (la Confederación Española de Organizaciones Empresariales ) a flexibilizar su postura y llegar a un acuerdo para establecer un horario semanal de 37 horas y media. “El que mañana vote en contra de los derechos de los trabajadores debe saber que seguirán dos años recordándoles día a día que solo cuidan los intereses de empresarios o rentistas: gente que vive explotando a los demás”, concluye López Bermejos.