El acceso a Machu Picchu se convirtió en un caos tras el vencimiento, el pasado 5 de septiembre, de la concesión otorgada a Consettur , empresa que por más de treinta años controló en monopolio la ruta de buses que conecta el pueblo de Machupicchu con la ciudadela inca . Pese a la caducidad del contrato, la compañía continuó operando bajo el argumento de que se acoge al “silencio administrativo positivo”, lo que desató una serie de enfrentamientos legales y sociales.
El viernes 6 de septiembre, turistas nacionales y extranjeros se vieron perjudicados con demoras, confusión y peleas entre trabajadores de empresas rivales, mientras las autoridades locales intentaban poner en marcha un plan de contingencia .
La concesión vencida y la licitación que nunca se hizo
La crisis estalló p