Fue el segundo embajador de Israel en España, cargo que desempeñó durante cuatro años. Pero Shlomo Ben-Ami, historiador, diplomático, profesor universitario, ministro de Exteriores y un gran erudito formado en las Universidades de Tel Aviv y Oxford, dejó huella en nuestro país. Miembro destacado del Partido Laborista, durante su etapa en la legación diplomática en Madrid forjó un elitista núcleo de amistades, entre las que se encontraba el entonces presidente del gobierno, Felipe González, políticos de todo signo ideológico, empresarios y periodistas. Recuerdo bien sus encuentros, llenos de altura intelectual, en los que reflexionaba sobre la tragedia árabe-israelí.

El Estado de Israel nació en guerra y ha vivido desde entonces espada en mano. Las continuas luchas, los aparentes periodos

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