11 de los presuntos integrantes del grupo ilegal fueron judicializados y privados de la libertad.

Entre las víctimas hay adolescentes trans cuya situación de vulnerabilidad fue aprovechada para inducirlas a ejercer actividad sexual paga.

En inmediaciones de los parques Centenario y Santander, en el centro de Bucaramanga, quedó en evidencia un negocio ilícito que crecía a costa de la integridad y la formación física y sexual de niños, niñas y adolescentes nacionales y extranjeros.

Una red delictiva, con roles plenamente establecidos, contactaba a adolescentes en situación de vulnerabilidad, les proporcionaban transporte y las inducían a ejercer actos sexuales en residencias, hoteles y bares con disponibilidad permanente y a cambio de determinadas sumas que eran administradas por las seña

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