Las protestas en la capital de Nepal se intensificaron al entrar en su segundo día el martes, avivando la ira y la decepción acumuladas durante años entre los manifestantes. La prohibición gubernamental de las principales plataformas de redes sociales unos días antes sólo había encendido la mecha.

Los manifestantes, que se declararon la voz de la Generación Z de Nepal, expresaron no sólo su indignación por la violencia oficial que encontraron en las calles el lunes, sino también por los problemas sociales de larga data que han afectado a Nepal durante los 10 años transcurridos desde que reemplazó su monarquía por una república democrática.

El país depende en gran medida de las remesas que aproximadamente dos millones de trabajadores en el extranjero envían a casa. La prohibición de las r

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