Un proyecto de ley, inspirado en las investigaciones de Francia y España, busca crear una comisión que contabilice los casos y sancione a las entidades clericales que obstruyan la verdad

Marcos Torres tenía apenas 12 años cuando fue víctima de abuso sexual. Su agresor, según constata, fue un sacerdote salesiano que visitaba el internado en el que vivía en el puerto colombiano de Buenaventura, un sitio que consideraba un refugio y al que había aterrizado tras una niñez marcada por el hambre y la precariedad. Su caso, como muchos otros, ha quedado en la impunidad: la denuncia que interpuso años después fue archivada por prescripción de términos. Este obstáculo no le impidió a Torres, hoy de 42 años, seguir alzando su voz por la verdad. Por eso, en 2023 fundó la Red de Sobrevivientes de Abus

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