En medio de las rutinas escolares, las exigencias familiares, las presiones sociales o los cambios propios de la edad, muchos adolescentes cargan con miedos, ansiedades y tristezas que necesitan un acompañamiento psicológico a tiempo.
Los trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad o los problemas de conducta, afectan de manera directa la forma en la que este grupo poblacional percibe su vida y toma decisiones.
Cuando no se diagnostican ni se tratan, esas afecciones pueden conducir a pensamientos erróneos y desesperanza e incluso a considerar el suicidio como una salida, pese a que existen alternativas de apoyo y recuperación.
Pedir atención psicológica no debe depender de tener un diagnóstico. Hablar con un experto ayuda a manejar las emociones y a fortalecer el biene