En Maturín y en El Alto las imágenes no podían ser más elocuentes. Ambos recintos se transformaron en verdaderas calderas de hinchas que soñaban con ver a Venezuela y Bolivia, respectivamente, en el repechaje para el Mundial de Norteamérica 2026. Sin embargo, al final del encuentro los abrazos y festejos solo se quedaron en la vecina nación, que logró la hazaña tras superar 1-0 a Brasil y aprovechar la humillante goleada a domicilio de Colombia a la Vinotinto, por 6-3.
Desde muy temprano los hinchas se congregaron para alentar a sus representantivos, con la radio como principal aliado, para seguir lo que estaba ocurriendo en la otra cancha.
La ilusión de los altiplánicos (17 puntos) para quedarse con el apetecido séptimo puesto pasaba por vencer al todopoderoso Brasil y que la Vinotinto