Iryna Zarutska era una refugiada ucraniana que vivía en Estados Unidos. Se ganaba la vida como cajera en una pizerría, abordó un tren para regresar a casa y en el trayecto fue asesinada: el crimen ha sido calificado como de odio. Un hombre, con antecedentes penales, la apuñaló.

La joven de 23 años revisaba su teléfono celular mientras el tren –en la ciudad de Charlotte– avanzaba. En el puesto de atrás estaba un hombre con buzo rojo, fue identificado como Decarlos Brown.

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El sospechoso sacó un cuchillo de su bolsillo, miró por la ventana y después a la ciudadana ucraniana. Se levantó y apuñaló a la joven en el cuello. La mujer se llevó sus manos al r

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