Donald Trump salió a cenar el martes por la noche en Washington. Era la primera vez que lo hacía desde su regreso a la Casa Blanca el pasado enero y una de las pocas que se le recuerdan desde que hace ocho años se convirtió en presidente de Estados Unidos por primera vez e iba a menudo al hotel del que era propietario en la avenida Pensivania y que vendió en 2022.
Por El País
La ocasión era especial. Al menos, para él. Quería promocionar el “éxito” del despliegue de la Guardia Nacional en la capital estadounidense, una medida de la que este miércoles se cumple un mes, cuenta con pocos precedentes y se adoptó para combatir un crimen que las estadísticas certifican en retroceso.
Fue una salida fugaz. El restaurante escogido, un clásico de downtown con una carta basada en la carne y el mar