Barcelona Superado el primer año de legislatura, Salvador Illa encara su segunda Diada y su segundo año como presidente de la Generalitat con varias carpetas sobre la mesa pendientes de resolverse. Sin ir más lejos, la nueva financiación pactada con Esquerra, que a estas alturas está atascada. De los avances que haya en esta cuestión dependen los próximos presupuestos de la Generalitat y, de rebote, la salud de la legislatura catalana (y estatal). Por eso, no es inocuo que Isla haya querido que uno de los mensajes de su discurso institucional de este Onze de Setembre haya sido para reivindicar el autogobierno catalán, pero también el "despliegue" de las competencias que le "tocan" en Catalunya. "Catalunya quiere ejercer su autogobierno con los recursos que le corresponden para mejorar la

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