Como buen diario europeo y de alcance internacional, el consejo de redacción del Europa Tribune quiere ilustrar su portada con un tema territorial, que afecte al ciudadano del viejo continente. Hoy, el consejo lo tiene facilísimo para ahorrarse de una vez por todas de abrir con Trump y dejar de manchar la primera página del diario con aquel rostro con el tono naranja que encontramos incrustado en los tápers cuando ya no queda ni un solo macarrón a la boloñesa. Lo tiene fácil porque la invasión del espacio aéreo polaco por parte de drones rusos puede suponer un cambio con respecto al conflicto ucraniano.

Pero el periodismo se debe a la verdad. Y la verdad es que el Europa Tribune no existe. Es una invención. Formó parte este miércoles de un ejercicio de periodismo ficción a vista de to

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