El Congreso de los Diputados ha rechazado este miércoles el proyecto de ley que proponía reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales sin merma salarial. La decisión se tomó tras la aprobación de las enmiendas a la totalidad presentadas por los partidos PP, Vox y Junts, que lograron 178 votos a favor y 170 en contra. Este resultado significa que la norma no podrá continuar su trámite parlamentario y deberá ser devuelta al Gobierno.

Este revés se produce en un momento clave, coincidiendo con el inicio del nuevo curso político. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, había defendido esta medida como una de sus principales prioridades desde el inicio de la legislatura. Al llegar al Congreso, Díaz afirmó: "Hay derrotas que se ganan en la calle", mostrando su confianza en que la medida cuenta con el apoyo de la mayoría de la sociedad. Los sindicatos CC.OO. y UGT han comenzado movilizaciones en favor de esta iniciativa.

A pesar del rechazo, tanto Sumar como el PSOE han manifestado su intención de llevar la norma nuevamente al Consejo de Ministros. Esta propuesta no solo incluye la reducción de la jornada laboral, sino también cambios en el control horario y sanciones de hasta 10.000 euros para las empresas que incumplan la normativa. Díaz se mostró optimista, afirmando: "Se pierde una votación, pero vamos a ganar esta medida porque no hay marcha atrás".

La ministra de Trabajo no defendió la iniciativa ante el Pleno, pero posteriormente respondió a las críticas de los partidos opositores. Acusó a Junts de representar a la patronal en sectores reaccionarios y a PP y Vox de golpear a los trabajadores. "Señorías del Partido Popular y de Junts, ¿ustedes han leído la enmienda de Vox? Da terror", enfatizó Díaz, quien también agradeció a los grupos políticos que apoyaron la iniciativa.

Por su parte, la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, resumió la postura de su partido diciendo: "Reducción de la jornada laboral sí, pero así no". El diputado Josep María Cervera criticó la falta de diálogo y consideró que la propuesta de Díaz es más un proyecto personal que una solución real a los problemas laborales.

Desde el PP, el diputado Juan Bravo argumentó que el proyecto está "invadido por la ideología" y que no se basa en datos objetivos. Afirmó que la propuesta es "ciencia ficción" y que podría tener consecuencias negativas en futuras negociaciones colectivas. En la misma línea, el diputado de Vox, José María Figaredo, calificó la reducción de la jornada como una "medida bastante cosmética" y advirtió sobre su impacto en las pequeñas y medianas empresas.

Las reacciones al rechazo de la norma fueron inmediatas. Pepe Álvarez, secretario general de UGT, lo calificó como un "secuestro de la voluntad popular", mientras que Unai Sordo, líder de CC.OO., lamentó la falta de "calidad democrática" en el debate. En contraste, las patronales celebraron la decisión del Congreso.