La violencia política en Colombia ha repuntado de manera alarmante, según el último informe de la Misión de Observación Electoral (MOE). Este documento revela que se han registrado 139 incidentes de violencia en el contexto de las elecciones de 2026. De estos, el 56 % de las agresiones, es decir, 78 casos, fueron dirigidos a liderazgos políticos. Entre estos, se contabilizan 18 hechos letales, que incluyen asesinatos y atentados.

Los concejales en ejercicio son los más afectados, con 26 ataques reportados. En Córdoba, se documentó una amenaza colectiva contra el Concejo Municipal de Tierralta. Además, los liderazgos comunales también han sufrido un incremento significativo en los ataques, con un aumento del 66,6 %, pasando de 12 a 20 casos. De estos, trece resultaron en asesinatos, siendo los presidentes de Juntas de Acción Comunal (JAC) los más vulnerables, concentrando el 70 % de las agresiones.

El informe de la MOE destaca que entre marzo y julio de este año, la violencia se ha extendido a 81 municipios en 26 departamentos. Bogotá se ha convertido en un punto crítico, con 18 agresiones, que incluyen amenazas contra cuatro congresistas y un asesinato. En Norte de Santander, un presidente de la Junta de Acción Comunal fue asesinado en Tibú, mientras que en Cauca se registraron 15 incidentes en medio de la disputa entre grupos armados.

A pesar de que la violencia contra liderazgos sociales ha disminuido más del 50 % en comparación con 2021, este grupo sigue siendo el más afectado por la violencia letal, con 25 casos de asesinatos y atentados. Los liderazgos indígenas han sido particularmente golpeados, con el 71 % de los incidentes ocurriendo en Cauca y Nariño.

Las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (CITREP) también están bajo presión, concentrando el 35 % de la violencia. En estas áreas se reportaron 24 asesinatos, lo que representa más del 63 % de los homicidios contra liderazgos en el país, evidenciando la fragilidad de estos territorios.