Dicen que de tal palo, tal astilla. Y aunque son muchas las diferencias entre Nicolas Sarkozy y Louis, su benjamín -fruto de su matrimonio con Cécilia Attias-, el paso del tiempo parece empeñado en convertir al joven en digno heredero de la estirpe política. Apenas contaba con diez años cuando presenció el ascenso de su padre al palacio del Elíseo , una escena que marcaría su infancia, aunque su adolescencia transcurrió lejos de los focos parisinos, al otro lado del Atlántico.

Tras el divorcio de sus padres, Louis se instaló con Cécilia en Nueva York, donde forjó su identidad entre los rascacielos y el cosmopolitismo de la Gran Manzana. Allí inició un recorrido académico poco común para un hijo de presidente: primero, la estricta disciplina de la Valley Forge Military Academy, en Filade

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