Hoy en día, gran parte de la atención está centrada en las estafas digitales que se multiplican a través de mensajes de texto, correos electrónicos falsos, enlaces maliciosos o llamadas telefónicas en las que delincuentes se hacen pasar por entidades oficiales .

No obstante, los fraudes no se limitan al mundo virtual. Los riesgos físicos también están presentes, especialmente en los cajeros automáticos, espacios en los que los delincuentes emplean múltiples artimañas para quedarse con el dinero de los usuarios.

Aunque retirar efectivo en estas máquinas no suele considerarse una acción de alto peligro, no está completamente libre de amenazas, ya que los criminales aprovechan cualquier descuido para ejecutar técnicas cada vez más sofisticadas y, en muchos casos, el momento de mayor vul

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