AT&T , el segundo mayor operador móvil en México, probablemente no participará en la próxima subasta de frecuencias organizada por el gobierno mexicano . La decisión se debe principalmente a que las tarifas de uso anual del espectro en el país son considerablemente más altas que el promedio internacional, lo que desalienta la participación de operadores distintos a Telcel

Según un reporte de Reuters , una fuente de AT&T aseguró que “c on los costos actuales del espectro es muy probable que la subasta vuelva a quedar desierta, como ocurrió en la última subasta ”. La situación no es nueva, pues en 2021, apenas 3 de 41 bloques de espectro fueron adquiridos, lo que dejó al Estado sin alrededor de 700 millones de dólares en ingresos fiscales potenciales .

México cobra el espectro más caro de la región y eso frena la competencia

De acuerdo con Forbes , México es uno de los países más caros en materia de espectro debido a su esquema de derechos anuales , un diseño que privilegia la recaudación inmediata sobre la competencia. Mientras que para el gobierno se trata de un recurso nacional que genera ingresos constantes, para las empresas representa un freno a la inversión y la cobertura, especialmente en zonas rurales.

La propia oficina comercial de Estados Unidos ya había señalado a inicios de este año que los altos costos del espectro en México son una barrera que bloquea la competencia y refuerza el dominio de Telcel , la subsidiaria de América Móvil de Carlos Slim, que hoy concentra la mayoría de clientes en el mercado.

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AT&T lleva años marcando distancia de la banda de 600 MHz y prefiere invertir en 3.5 GHz

De acuerdo con El Economista , AT&T ya había adelantado desde 2024 que no compraría más espectro en México mientras el gobierno mantuviera esta política fiscal. En su respuesta a la consulta pública de la licitación IFT-12, la compañía calificó los precios de las bandas en concurso entre 88% y 96% por arriba de la media internacional.

Aunque la banda de 600 MHz es vista como estratégica para expandir cobertura en áreas rurales, AT&T no la considera rentable. En contraste, la empresa ha mostrado más interés en la banda de 3.5 GHz, clave para servicios de Internet inalámbrico fijo y que le permitiría generar eficiencias al operar con el mismo espectro en Estados Unidos.

La desaparición del IFT y la creación de una nueva agencia aumentan la incertidumbre

El panorama regulatorio tampoco ayuda. Según El País , la última licitación organizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) antes de su desaparición , la llamada IFT-12, fue cancelada por el gobierno, que acusó al organismo de “ dar un albazo ”. Aunque legalmente el proceso era válido, políticamente quedó sin respaldo y abonó a la incertidumbre en el sector.

Hoy, el IFT ya no existe, y la responsabilidad de organizar la próxima subasta recaerá en la recién creada Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Esta dependencia tiene la obligación de presentar un nuevo plan de licitación antes de enero , pero aún no hay reglas claras sobre costos, condiciones o el papel de actores como Altán Redes, que ya opera la banda de 700 MHz junto con CFE Telecomunicaciones.

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Menos competencia, menos ingresos fiscales y más poder para Telcel

El costo de mantener un esquema tan caro para el espectro no solo lo pagan las empresas: también lo paga el Estado y en última instancia, los usuarios. Según Reuters , l os bloques devueltos o no adjudicados entre 2020 y 2023 significaron casi 700 millones de dólares que dejaron de entrar a la hacienda pública.

En paralelo , la falta de incentivos para que AT&T y otros competidores adquieran más espectro deja a Telcel con ventaja en el mercado . Y si la próxima subasta vuelve a quedar desierta, se consolidará un escenario de menor competencia y mayor concentración, justo lo contrario a lo que el país necesita para impulsar el 5G y cerrar la brecha digital.

El proyecto de presupuesto 2026 confirma que el gobierno mantendrá la estructura actual de tarifas, aunque plantea algunos descuentos a los operadores que inviertan en regiones sin cobertura. Para analistas, esto difícilmente resolverá el problema estructural de precios altos, que sigue siendo el gran obstáculo para ampliar la competencia en el sector.