Tenía 21 años, nunca había pisado Nueva York y mucho menos visto las Torres Gemelas. Pero su primera vez se produjo entre ruinas, fuego, acero retorciéndose y un olor imborrable de tragedia.

Así recuerda el teniente Joel Figueroa Betancourt, del Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico, su llegada a la zona cero tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, luego de que dos aviones comerciales impactaran las edificaciones, resultando en poco más de 2,900 fallecidos.

Hoy, a punto de cumplir tres décadas de servicio, Figueroa revive aquella experiencia que lo transformó personal y profesionalmente.

“Estaba durmiendo cuando me dicen que Estados Unidos había sido atacado. Enciendo la televisión y veo las torres en llamas. En ese mismo momento, mientras veo el segundo avión impactar, me llaman p

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