Momentos antes de que el disparo lo cambiara todo, miles de estudiantes se habían reunido bajo un cielo azul despejado en una idílica universidad de Utah para escuchar a un hombre considerado una estrella de rock en la política conservadora universitaria.
Mientras Charlie Kirk, de 31 años, se sentaba bajo una carpa y debatía con sus oponentes políticos, muchos de los que se reunieron allá, sentados en el césped, vitorearon, incluso algunos protestaron. Segundos después, todos corrían aterrorizados.
El activista recibió un impacto de bala en el cuello que lo hirió de muerte. El episodio ocurría mientras las cámaras grababan, algunas mostrando el asesinato con detalles muy sangrientos.
Las imágenes serán difíciles de olvidar, especialmente para los muchos jóvenes conservadores para quiene