Los gatos son animales muy sensibles a los olores y al entorno. Para ellos, nuestras pertenencias no son solo “cosas” tiradas por ahí, sino objetos cargados de nuestra esencia. Al acostarse sobre ellas, buscan cercanía, confort y, en muchos casos, marcan territorio.

Uno de los motivos principales es emocional: los gatos se sienten más tranquilos y seguros cuando están en contacto con algo familiar, especialmente si su humano no está cerca. La ropa, mantas o mochilas con nuestro olor les proporcionan una sensación de seguridad y protección.

Además, los gatos poseen glándulas odoríferas en las patas, rostro y otras partes del cuerpo. Al acostarse sobre nuestros objetos, impregnan el espacio con su olor, reforzando el vínculo y “compartiendo” territorio.

Otro factor es la comodidad: los ob

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