La aparición del primer McDonald’s en Rusia coincidió con la última edición del libro soviético que enseñaba a sus escolares a disparar. Hoy, McDonald’s ha desaparecido de Rusia y la instrucción militar regresa a sus escuela

Recién salido de imprenta, el Libro del Joven Ejército soviético me costó en 1989 dos rublos y diez kopeks. Meses después, una Big Mac en el primer McDonald’s que se abría en Rusia costaba tres rublos.

Era más seductora y cara la hamburguesa estrella del capitalismo –tres capas de pan, salsa Big Mac, lechuga crujiente, cebolla finamente picada, pepinillo y una loncha de queso americano– que el libro escolar que enseñaba a cargar y disparar fusiles para defender el sueño de Lenin (“no basta solo con aprender a disparar, hay que aprender a disparar con precisión”, ad

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