Por todos son conocidas las estrictas normas bajo las que se rige la vida en Corea del Norte, a veces con medidas que resultan difíciles de creer. La paranoia del régimen comunista de Kim Jong-un llega hasta legislar acerca de las palabras que se pueden o no se pueden usar.
Tal y como recoge el The Sun, los guías turísticos que dan la bienvenida a los visitantes rusos y chinos al balneario Wonsan, el más emblemático de su país, han recibido órdenes de que eviten palabras típicas de occidente.
Entre 20 y 30 guías están inscritos en un riguroso programa de formación dirigido por funcionarios del Departamento de Cuadros del Partido de los Trabajadores de Corea en la provincia de Kangwon.
"Los aprendices reciben instrucciones detalladas sobre cómo tratar y entretener a los turistas, y deben