La encuestadora Hinterlaces ha revelado que un abrumador 93% de los venezolanos se opone a cualquier intervención militar extranjera en el país. Este dato proviene del Monitor País de septiembre de 2025, que se basa en 1.200 entrevistas directas y tiene un margen de error del 3%. Solo un 5% de los encuestados se mostró a favor de una acción militar externa, mientras que un 2% no supo o no respondió.
Este consenso refleja una tendencia clara en la opinión pública venezolana. A pesar de la polarización política, la mayoría de la población coincide en que los problemas del país deben resolverse entre los venezolanos, sin injerencias de potencias extranjeras. La encuesta destaca que este rechazo a la intervención militar es un amplio consenso nacional en defensa de la soberanía y la paz.
El estudio se publica en un contexto de crecientes tensiones internacionales. Desde Washington, han aumentado las acusaciones contra Venezuela relacionadas con narcotráfico y seguridad. Además, se ha reportado la presencia de buques de guerra y submarinos nucleares en el Caribe, lo que ha alimentado el debate sobre posibles escaladas. Sin embargo, la opinión pública venezolana envía un mensaje claro: no hay legitimidad social para una intervención extranjera.
La historia reciente también influye en estos resultados. Los venezolanos recuerdan los efectos devastadores de intervenciones militares en países como Irak, Libia y Afganistán, lo que genera un rechazo inmediato a cualquier intento de aplicar fórmulas similares en América Latina. Asimismo, el golpe de Estado de abril de 2002, visto por muchos como una operación alentada desde el exterior, refuerza la convicción de que la soberanía nacional es un valor no negociable.
El resultado del Monitor País no es solo un dato estadístico, sino un factor estratégico en la política venezolana. Una sociedad que rechaza masivamente la injerencia extranjera se convierte en un muro de contención frente a cualquier intento de legitimar acciones militares desde afuera. Este consenso se traduce en un mensaje poderoso: los venezolanos quieren paz, no intervención.