El humorismo de la serie sigue intacto, pero su creador está mostrando una crueldad que jamás inspiró a sus personajes
Cuando en 2005 nos mudamos del este al oeste de Manhattan una de las cosas que me provocaba una ilusión casi infantil era vivir en el barrio donde transcurría Seinfeld . Mi portal estaba enfrente del Tom´s Diner, la cafetería donde se daban muchas de las conversaciones de los cuatro amigos, Jerry, George, Elaine y Kramer, y parecía que en cualquier momento podías encontrártelos en los supermercados emblemáticos de la zona, en el Fairway o en Zabar´s, donde la clientela leía con tal concentración los ingredientes del empaquetado que se diría que estaban leyendo la Torá. Seinfeld reinaba en ese universo de abuelas judías, madres acaparadoras, restaurantes baratos y am