Como si la desazón oficialista en el Congreso por las decisiones impuestas por la Casa Rosada en los últimos meses no bastara, la vicepresidenta Victoria Villarruel activó una feroz disputa interna : busca quedarse con la herencia de los despachos de senadores que se irán en diciembre próximo , con el recambio parlamentario que regalarán las elecciones de medio término. Esto significa que la titular de la Cámara alta se inmiscuirá con trofeos de guerra que, desde hace largos años, casi nunca fueron reclamados por gestiones anteriores .

Si bien aún no fue publicado en la web oficial -más allá de algunas picardías, sigue a años luz de la oscuridad que ofrece Diputados-, lo cierto es que el decreto presidencial 488/25 habilitó a que intervenga la “Dirección General de Administración”

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