Castilla y León impulsa la modernización de la agricultura con diversos planes de ingeniería agraria centrados en la concentración parcelaria y la extensión y optimización del regadío. La Comunidad autónoma desarrolla en este momento los procesos de concentración parcelaria de 91 zonas en las nueve provincias, con una superficie total de 340.000 hectáreas.

La concentración parcelaria consigue agrupar y reorganizar la propiedad rústica, a la vez que crea una nueva infraestructura viaria de servicio a las nuevas fincas, y realiza obras de mejoras como desagües, saneamientos, regadíos y eliminación de accidentes naturales y artificiales. Consiste, así, en agrupar las parcelas de un propietario –a menudo pequeñas y dispersas por efecto de las divisiones por las distintas herencias consecutiva

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