De niño, mi madre me llevaba a bañarme en un manantial cerca de mi pueblo. Junto al agua había palmeras, y en ellas papanes, aves que se encuentran en los frondosos bosques de la costa del golfo de México, en el estado de Veracruz, donde vivo. Empezaban a cantar al acercarnos al manantial, y los demás animales huían.

Mi pueblo, Escolín, es una comunidad indígena ubicada entre Papantla, una ciudad turística llamada así por sus aves, y Poza Rica, un pueblo petrolero cuyo nombre significa "pozo rico". Muchos de los pozos que abastecen de petróleo a Poza Rica están cerca de Escolín. Al atardecer, las llamaradas de gas cercanas tiñen la noche de rojo.

Nací bajo estos cielos teñidos de sangre; siempre me parecieron naturales. Pero me he preguntado qué pensaron mis antepasados la primera vez qu

See Full Page