La llamada ansiedad por la autonomía ha sido, durante años, el gran obstáculo para la popularización del coche eléctrico . Muchos conductores se preguntaban si podrían realizar un viaje largo sin pasar horas en un punto de recarga. Hoy, esa duda empieza a disiparse. Y lo hace gracias a un movimiento sorprendente de Mercedes-Benz , que ha logrado que uno de sus vehículos supere la barrera psicológica de los 1.300 kilómetros con una sola carga .
La clave no está en un motor más eficiente ni en trucos de laboratorio. El secreto es una batería de estado sólido , esa tecnología de la que tanto se habla y que parecía reservada al futuro lejano. Más compacta, más ligera y con una densidad energética muy superior a la de las actuales baterías de iones de litio, esta innovación promete