En un taller donde el sonido de las agujas se mezcla con el murmullo de la disciplina castrense, la sargento segundo Laura Jocelyn Velázquez Cruz y la soldado Evangelina Rentería de la Cruz encabezan un equipo exclusivamente femenino.

Evangelina, con más de 30 horas dedicadas al bordado del escudo nacional, traza con precisión quirúrgica las líneas del águila devorando la serpiente.

“Es un honor que no se explica, solo se siente”, dice mientras sus manos dan forma al emblema tricolor en raso verde, blanco y rojo, siguiendo la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.

Hace diez días, tomaron las medidas de la presidenta, asegurándose de que la banda se ajuste como un guante al cuerpo que hoy liderará el Zócalo. La teniente Evelyn Jaime Díaz supervisa cada detalle, consciente

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