Aún está muy de moda un libro de Javier Cercas titulado "El loco de Dios en el fin del mundo". Surgió como consecuencia de una invitación por parte del Vaticano para acompañar al Papa Francisco en su viaje a Mongolia, una nación en la que apenas hay unos cientos de católicos. Llama la atención que tanto en la contraportada, como varias veces en el interior, el autor se define abiertamente como ateo. La verdad es que, leyendo el libro, no se saca esa impresión, dado que manifiesta un gran conocimiento y respeto de la Iglesia, del Papa y, por supuesto, de los pastores y fieles católicos de Mongolia. Dice Cercas que, perteneciendo a una familia muy católica, especialmente su madre, su ateísmo se debe en gran manera a la lectura de la novela de Miguel de Unamuno, "San Manuel Bueno, Mártir", cu
Ateos de mentira y de verdad

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