El Gobierno de Perú ha promulgado la Ley N.º 32442, que reconoce al perro Pastor Chiribaya como Patrimonio Cultural de la Nación. Esta decisión, publicada en el diario oficial El Peruano el 17 de septiembre, subraya la importancia histórica y cultural de esta raza canina, vinculada a la civilización precolombina Chiribaya, que se desarrolló en el sur del país.

La ley fue firmada por la presidenta Dina Boluarte, el presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, y otros funcionarios del Congreso. Se establece que el reconocimiento del perro Pastor Chiribaya es de interés nacional, lo que implica la necesidad de investigar, proteger y conservar esta raza. El Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Cultura, deberá coordinar con el Gobierno Regional de Moquegua y la Municipalidad Provincial de Ilo para implementar acciones específicas.

El perro Pastor Chiribaya tiene un valor significativo en la historia y la cultura de la región. Restos de esta raza fueron hallados junto a 42 momias prehispánicas en el Valle de Tambo, lo que indica su relevancia en la civilización Chiribaya. Esta cultura, que floreció entre los años 900 y 1350 d.C., dejó un legado arqueológico importante en el actual distrito de El Algarrobal, en la provincia de Ilo, donde se encuentra el Museo de Conservación que alberga hallazgos de esta civilización.

Investigaciones arqueológicas realizadas entre 1993 y 2006 revelaron que los perros Pastor Chiribaya eran enterrados con honores, cubiertos con mantas y rodeados de alimentos, lo que sugiere una creencia en la vida después de la muerte. Estos canes desempeñaban un papel crucial en el pastoreo de llamas, la principal actividad económica de la civilización Chiribaya.

La ley otorga al perro Pastor Chiribaya un estatus similar al del viringo peruano, la única raza canina originaria del país reconocida oficialmente hasta ahora. La investigación ha demostrado que esta raza tiene características físicas únicas y un linaje que se remonta a la cultura Chiribaya. Además, se ha identificado un haplotipo exclusivo que confirma su diferenciación como raza prehispánica.

El reconocimiento del perro Pastor Chiribaya como patrimonio cultural no solo resalta su importancia histórica, sino que también busca asegurar su protección y conservación para las futuras generaciones.