El anís estrellado, un fruto de un árbol originario de China, Corea y Japón, ha evolucionado de ser un ingrediente culinario a convertirse en un aliado en el alivio del dolor articular y la prevención de la artritis. Su distintiva forma estrellada le otorga su nombre común y hoy se cultiva en climas cálidos de Estados Unidos y América, manteniendo su legado en la medicina tradicional.
Este fruto llegó a Europa a finales de la Edad Media y, con el auge de las rutas comerciales, se expandió hacia América. Actualmente, se cultiva en varios estados de EE. UU. y en regiones cálidas del continente americano, donde las condiciones ambientales son similares a su hábitat original en Asia.
En la medicina tradicional china y otros sistemas de curación ancestral, el anís estrellado se ha utilizado como antioxidante, antimicrobiano y analgésico. Estas propiedades lo han convertido en un remedio para aliviar síntomas respiratorios como la tos y la congestión, gracias al anetol, su principal aceite esencial. Además, se ha demostrado que mejora la función digestiva y combate problemas como la aerofagia, meteorismo, dolores abdominales, diarrea, infecciones y gastroenteritis. Las mujeres lactantes también lo utilizan para estimular la producción de leche materna.
Para aprovechar sus beneficios, se recomienda consumir el anís estrellado en infusión. Según la Dirección General de Salud Pública y Consumo del Ministerio de España, “una estrella de anís, aproximadamente un gramo, se agrega a una taza de agua hirviendo. Tras reposar durante unos cinco minutos, se filtra antes de beber”. Esta infusión puede tomarse después de las comidas o cuando se experimenten molestias por flatulencias. Además de sus propiedades digestivas, el anís estrellado tiene efectos relajantes y expectorantes.
Sin embargo, es importante tener precauciones. No se recomienda su uso en mujeres embarazadas, niños menores de seis años o personas con ciertas condiciones de salud, como gastritis, úlceras, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, hepatopatías, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas.
Más allá de sus aplicaciones medicinales, el anís estrellado también se utiliza en la gastronomía. Su aroma lo hace ideal para platos salados y dulces, especialmente en recetas festivas, donde aporta un sabor característico.
Según el portal especializado ‘Tua Saúde’, los beneficios del anís estrellado incluyen el refuerzo de las defensas del cuerpo, la mejora del proceso digestivo, la prevención de la gripe y la promoción de la producción de colágeno, lo que fortalece los huesos y mejora la flexibilidad de la piel. También alivia el dolor articular y ayuda a prevenir afecciones como la artritis.
El anís estrellado se presenta como un recurso natural valioso para el cuidado digestivo, respiratorio y esquelético. Su correcta preparación en infusión y el respeto a las contraindicaciones son esenciales para un uso efectivo, respaldado tanto por la tradición ancestral como por hallazgos actuales en medicina natural. No obstante, es fundamental consultar a un médico antes de utilizar cualquier remedio casero para tratar enfermedades o dolencias.