La industria colombiana se encuentra en un momento clave de transformación energética, impulsada por la necesidad de reducir emisiones y cumplir con estándares ambientales cada vez más estrictos. Uno de los cambios más significativos en este camino es la sustitución de calderas que funcionan con carbón por sistemas térmicos a gas natural o el gas licuado de petróleo (GLP), una transición que no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también mejora la eficiencia operativa y reduce riesgos regulatorios.
Según expertos de Bosch Home Comfort, este cambio puede reducir entre un 45% y un 50% las emisiones de dióxido de carbono y, al mismo tiempo, optimizar los costos de operación y mantenimiento. En ruta hacia este objetivo, la descarbonización industrial implica reducir el uso de carbón