
Según un reporte de El Financiero , 75% de los medicamentos caducados en México terminan en la basura común o en el mercado negro . Apenas 70 toneladas son destruidas de forma segura cada año, lo que representa solo el 25% de los fármacos vencidos detectados. Esto significa que millones de cajas de analgésicos, antibióticos y tratamientos crónicos circulan sin control, aumentando los riesgos sanitarios y ambientales.
El problema radica en que la mayoría de los programas de acopio tienen carácter voluntario, sin un marco legal de cumplimiento obligatorio . Más del 65% de las farmacéuticas de genéricos no participa en esquemas formales de recolección, lo que deja un vacío que aprovecha el mercado informal.
Falta de datos, control y coordinación: un sistema de salud fragmentado
De acuerdo con un reporte de El Sol de México , en el país se generan alrededor de 200 millones de unidades de medicamento caduco al año , pero las autoridades de salud desconocen su destino final.
Una investigación publicada en Salud Pública de México confirma que, aunque existen al menos cinco leyes y siete normas aplicables, no hay evidencia de cumplimiento ni registros oficiales actualizados . Incluso el sistema Singrem, creado para recolectar medicamentos caducados en hogares y farmacias, lleva años sin transparentar estadísticas recientes.
La Secretaría de Salud, la Semarnat y la Cofepris han evadido solicitudes de información bajo el argumento de que no es su competencia , lo que muestra un control institucional prácticamente inexistente. Esta falta de registros abre la puerta al desvío ilegal de fármacos hacia mercados clandestinos.
El mercado negro no deja de crecer y ya no solo involucra medicinas caras
Según La Prensa , el mercado negro de medicamentos pasó de abarcar el 7% en 2023 al 11% en 2024 , lo que equivale a pérdidas de 32,500 millones de pesos. Si antes la reventa ilegal se centraba en medicamentos costosos para enfermedades crónicas, hoy incluye productos de bajo costo y alta demanda como analgésicos, antibióticos y antigripales. Cofepris ha emitido alertas por fármacos caducos o clonados que circulan en tianguis, internet e incluso grupos de WhatsApp.
Los puntos de venta más detectados incluyen mercados en Michoacán, Guadalajara y Monterrey , además de tianguis en la Ciudad de México como el de San Felipe de Jesús en Gustavo A. Madero o “ El Saldo ” en Iztapalapa. El fenómeno también se ve alimentado por robos a transportes de carga en rutas como el llamado “ Triángulo Rojo ” de Puebla y Veracruz.
El costo ambiental y económico de un problema sin atender
De acuerdo con Salud Pública de México , la falta de datos transparentes hace imposible calcular con precisión el impacto económico de los medicamentos caducos, tanto en su adquisición como en su eliminación. Lo poco que se sabe es que cada lote mal gestionado implica costos de destrucción no registrados, riesgos de contaminación de suelos y mantos acuíferos y un mercado ilegal que pone en riesgo a miles de personas.
El Congreso capitalino advierte que podrían ser hasta 200 millones de unidades de fármacos caducos las que circulan ilegalmente en el país cada año , sin mecanismos efectivos de trazabilidad. La propia Cofepris reconoce que al menos 3.6 millones de unidades se desvían directamente al mercado negro.
Sin incentivos ni reglas claras, la industria farmacéutica se deslinda
Expertos coinciden en que la falta de reglas claras en México frena inversiones en sostenibilidad. Mientras en Europa o Estados Unidos existen marcos regulatorios sólidos e incentivos fiscales, en México las políticas públicas son ambiguas y con escasos mecanismos de cumplimiento . Para la industria farmacéutica, esto significa que invertir en programas de acopio y reciclaje representa costos sin retorno inmediato.
“ La incertidumbre es el enemigo del inversionista ”, señaló Arnaud Penverne, CEO de Veolia México , al subrayar que el país necesita certidumbre regulatoria para que la cadena de valor farmacéutica sea más limpia y sostenible.