La exploración espacial tiene objetivos cada vez más audaces, y uno de los más llamativos es la futura misión espacial Tianwen-2 de China. Su destino es un asteroide de nombre casi impronunciable, 469219 Kamoʻoalewa, cuya peculiaridad no reside en su tamaño, sino en su órbita: es uno de los pocos cuasi-satélites conocidos que escoltan a la Tierra en su viaje alrededor del Sol. La sonda china tiene previsto visitarlo, recoger muestras y traerlas de vuelta para su análisis. Este tipo de misiones no solo buscan conocimiento, sino también prepararnos para el futuro, tal como demostró el experimento en el que para probar tecnologías de defensa planetaria.
De hecho, la razón de este viaje es que estos compañeros orbitales despiertan un enorme interés científico . Al encontrarse en una relat