La actividad del Sol provoca fenómenos meteorológicos espaciales, como las tormentas solares, las erupciones solares y eyecciones de masa coronal.

Una actividad solar intensa, como la actual, puede interferir con (o incluso destruir) satélites, amenazar a los astronautas en el espacio, interrumpir las comunicaciones por radio y degradar el rendimiento del GPS. Esto afecta la navegación de trenes, aviones, barcos y automóviles y a las redes de telefonía móvil, por lo que los gobiernos deben estar preparados.

Y es que, según un nuevo estudio llevado a cabo por la NASA, el Sol se ha vuelto cada vez más activo desde el año 2008 . Los estudios demostraban que la actividad solar fluctúa en ciclos de 11 años, pero existen variaciones a largo plazo que pueden durar décadas.

Por ejemplo desde

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