El gobierno de Nicolás Maduro rechazó con firmeza el más reciente informe de la ONU, elaborado por la Misión Internacional de Determinación de los Hechos, que documenta graves violaciones a los derechos humanos y represión política en Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28 de julio del año pasado.

La delegación venezolana ante el Consejo de Derechos Humanos calificó el documento como una “parodia”, argumentando que carece de legitimidad y rigor. Según el diplomático oficialista, la Misión de la ONU fue creada con fines políticos y no para proteger los derechos humanos, integrando un supuesto plan de injerencia internacional.

“No solo el contexto deslegitima la existencia de una misión nula e impráctica, sino que su novelero desempeño la desacredita por sí misma. Cita fuentes

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