Hasta hace poco, cada vez que un representante del Gobierno vasco o del PNV decía en público que todas las competencias pendientes debían llegar este año a la comunidad autónoma, solía provocar más expresiones de incredulidad que de convicción o fe en que el Ejecutivo español iba a cumplir los plazos. Pero ahora, casi 46 años después de la aprobación del Estatuto de Gernika , la sensación empieza a ser distinta. Los acuerdos que se están alcanzando desde antes de las vacaciones sobre la sagrada Seguridad Social alimentan la expectativa de que esta vez sí se cierre de manera definitiva esta carpeta y, sobre todo, se están sentando precedentes para que el Estado compruebe que es posible hacer ciertas transferencias sin que se desate el fin del mundo y sin romper ninguna caja única. Y
Ubarretxena llevará 10 informes a Madrid en dos semanas para cerrar ya el Estatuto

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