Hoy en día se promueve por todas partes la IA y se declara que esta será el futuro y la solución de los problemas.
Sin embargo, hay que decir que, aunque la IA por sí sola no resolverá la crisis ambiental, si tiene el potencial de acelerar y ampliar drásticamente los esfuerzos de sostenibilidad. Su fuerza reside en navegar y gestionar la cantidad enorme de datos y la complejidad de los sistemas, desde las cadenas de suministro globales hasta las redes eléctricas, la gestión del agua, agricultura, la emisión de contaminantes y el clima. Gracias a su capacidad para analizar grandes cantidades de datos de diversos campos, la IA puede descubrir patrones ocultos, conexiones e ineficiencias que la automatización tradicional podría pasar por alto. No obstante, la cuestión ambiental, no sólo trat