La orden ejecutiva de Trump declara a Antifa como una “organización terrorista doméstica”, atribuyéndole un patrón sistemático de violencia política diseñado para socavar el estado de derecho y reprimir actividades políticas legales en el país.
El documento señala que el movimiento realiza “ataques violentos contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y otros agentes del orden” como parte de su estrategia para alcanzar objetivos políticos mediante coerción e intimidación.
Trump instruye a todos los departamentos y agencias federales a emplear todas sus facultades para investigar, desmantelar y perseguir cualquier operación ilegal vinculada a Antifa, incluyendo el apoyo material a sus acciones violentas.
La orden aclara que se implementará conforme a la ley vigente y no