El pasado miércoles 17 acudí al cuartel de la Guardia Civil de Boñar (León) sobre las 9:15 horas de la mañana, después de comprobar que mi hermano mayor, Jesu, no había regresado de su escalada al pico Gilbo, en la montaña de Riaño, emprendida el martes 16. Era un montañero federado, experimentado y prudente. Me recibió un guardia civil llamado Jorge, cuya serenidad y profesionalidad, desde que inició el protocolo de actuación, me transmitieron la certeza de que se iba a proceder de inmediato con la búsqueda. Sobre las 10:00 horas, una patrulla de la Guardia Civil localizó el vehículo de mi hermano. A las 10:30 ya estaba sobrevolando la zona un helicóptero de la Guardia Civil y agentes del cuerpo del grupo de montaña de Sabero comenzaron la ruta a pie con drones. Sobre las 11:00 se unió ot

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