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En 2019, en un encuentro que mantuvo con jueces en lo social de toda América en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano, el papa Francisco nos decía que América Latina y, especialmente, la Argentina habían ratificado los tratados internacionales sobre los derechos fundamentales de las personas, pero que, sin embargo, los derechos consagrados en esos cuerpos normativos no llegaban con su plenitud a las personas. En consonancia con esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuando comenzó la pandemia del COVID, señaló que América Latina es la región más desigual del planeta.
El artículo 45 de la Carta de la OEA nos dice que los Estados deben garantizar que las personas alcancen la plena realización de sus aspiraciones dentro de un orden social más justo,