La provincia de Buenos Aires guarda rincones poco explorados que sorprenden por su riqueza natural y cultural. A solo 185 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Saladillo emerge como un destino inesperado donde el kiwi , convertido en símbolo local, protagoniza una ruta de sabores y experiencias rurales únicas.

Lo que comenzó como una rareza se transformó en una actividad pujante que hoy se complementa con la producción de naranjas, mandarinas, limones y pomelos . Con una filosofía de aprovechamiento integral, los productores convierten la fruta que no llega al mercado en mermeladas artesanales sin aditivos, que pueden degustarse en visitas guiadas.

El turismo rural ofrece propuestas originales como “cosechero por un día” , donde los visitantes recorren los cultivos, cose

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